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Decoración

Tendencias decorativas del 2007 - El glamour contraataca (2)

Aprovecha las reediciones
¿Cuáles son las estrellas que debemos recuperar? Muebles con nombre propio a los que no les asusta el siguiente paso de la moda porque son auténticos clásicos. La personalidad de las butacas Barcelona de Mies Van der Rohe o el indiscutible descaro de la silla Panton siempre serán actuales.

Pero entre las muchas obras maestras de la historia del diseño, siempre hay unas pocas elegidas que se rescatan a través de la reedición, motivando la misma polémica y admiración de las que ya fueron objeto en el pasado. El 2007 volverá a ser mentor de las piezas atemporales de George Nelson y de Ettore Sottsass. Mucho más cercanos en el tiempo, Felices nos habla de dos diseñadores que lograrán captar la atención: Jaime Hayon y Fabio Novembre.

Épocas llenas de encanto
Pero mucho más atrás en el tiempo, las tiendas de antigüedades también tienen mucho que ofrecer si te sientes atraído por la calidad tradicional: cómodas gustavianas de madera decapada para una estética más natural, chimeneas rústicas que recuperan la fuerte presencia de la piedra, candelabros de forja que encierren toda la sabiduría artesanal o esculturas que recuperan civilizaciones clásicas de Grecia y Roma.

Por su parte, el siglo XIX, que escondía su legado celosamente, lanza al presente una colección de muebles controvertidos. Los pies de ménsula, las sillas isabelinas y las tapicerías drapeadas con las que comienza esta época huyen de la suntuosidad ofensiva a finales de la misma, delegando en la atractiva decadencia del Art Nouveau y el Simbolismo.

Abre la puerta a la exuberancia
Las luminarias, carteles, relojes y ese puñado de guiños retro que concedieron un toque revival a nuestras casas el año pasado, darán paso a un estilo neobarroco. Ya podemos olvidarnos de los colores ácidos, los complementos de aire pop, la dulzura de Audrey Hepburn y el carismático Warhol de Marilyn Monroe.

El capitoné, que comienza a configurarse aisladamente en el siglo XVI y que alcanza su gran esplendor en el Barroco, acolchará ahora los sofás, las butacas e incluso los cabeceros de las últimas colecciones que no tienen miedo a la exuberancia, y que se atreven a entrar en comunión con sillas decoradas con la iconografía de Fornasetti y también con armarios cabinet, baúles, biombos o escritorios de origen asiático en los que no faltan los dibujos dorados de corte oriental.

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