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Decoración

Gris: neutralidad absoluta (II)

Infinitas posibilidades
Una decoración monocroma será, casi siempre, una opción acertada. Con la adhesión de blancos y negros a la paleta favoreceremos la sensación de continuidad, tanto en el tono como en la impresión de tranquilidad resultante. Con el gris haciendo de puente entre los dos extremos, un resultado satisfactorio está prácticamente garantizado.

Esta combinación tonal es muy recurrente en el minimalismo, corriente en la que la sencillez de líneas y formas se acentúa por la simplicidad de los tonos escogidos. Pero, igual que a estilos modernos, nuestro protagonista puede añadirse a estilos étnicos en sus tonos piedra, los cuales, indiscutiblemente, conferirán un toque natural al conjunto.

Como es lógico, no tendrá problema en ocupar cualquier estancia de la casa gracias a su versatilidad. En la cocina, además de en sus utensilios, se le verá con frecuencia en encimeras, campanas extractoras o en los propios muebles, imprimiendo un toque actual y, si el uso es lo suficientemente extenso, incluso futurista.

Ideal para la concentración
Especialmente recomendable es su utilización en las zonas de estudio o de lectura, pues evitará distracciones innecesarias favoreciendo la total concentración de sus ocupantes. Al no producir ningún tipo de cansancio a la vista, podremos pasar largas horas bajo su amparo sin acusar la fatiga.

Una elección clara para las paredes del salón será el remate perfecto para una decoración a base de blancos rotos, marfil o cáscara de huevo con detalles en madera que fortalezcan la viveza de la habitación. Si conseguimos añadir una buena cantidad de iluminación contaremos con un auténtico oasis de tranquilidad en nuestra propia casa.

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