Blogia
Decoración

Crear ambientadores caseros

La decoración en el hogar exige no sólo una agradable visión fruto de la combinación de texturas, objetos y colores, sino también unos aromas agradables que hagan de la estancia en la vivienda un auténtico placer. El uso de plantas y flores para aromatizar una casa es una costumbre antigua que sirve tanto para mejorar la sensación de bienestar como para purificar el aire y alejar a ciertos insectos.

Las posibilidades de los ambientadores hechos a mano son muchas, pero antes debemos seguir una máxima: nunca excedernos en la combinación de esencias y dar toques ligeros, no demasiado penetrantes, para evitar ambientes recargados. Además, debemos saber que existen aromas que estimulan y otros que relajan. Dan serenidad la manzanilla, la melisa y la lavanda, mientras que el pino, el limón, el cedro, el romero y el enebro consiguen el efecto contrario, mucho más revitalizante.

Una fragancia para cada estancia
Otro punto importante es que los espacios domésticos exigen fragancias diferentes. Por ejemplo, para evitar mezclas de olores que afecten al gusto de los alimentos, tendremos que ser especialmente cuidadosos con los aromas de la cocina o el comedor. Nunca recurriremos a productos que se usen entre fogones, como aromas frutales o basados en especias, ya que podemos estropear el sabor de un buen menú.

Las fragancias florales son las que mejor casan con el salón o el cuarto de estar, así como los toques frutales y cítricos. En el dormitorio, la lavanda y la melisa favorecen la relajación; en cambio, las flores, fomentan el erotismo. En el cuarto de baño optaremos por fragancias frescas: limón, rosa, caléndula, menta o sándalo.

Web sobre estilo y decoración  

0 comentarios