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Decoración

Monográficos - Gris, el color neutro

El gris es el color neutro por antonomasia. Se encuentra a medio camino entre el negro y el blanco y, en cierto modo, a medio camino de cualquier otro color. A veces se le ha dado un significado de resignación, otras de espiritualidad. Ambas son incorrectas, puesto que su auténtico valor es la carencia de cualquiera de ellos.

No debemos pensar que por esta ausencia de sentido no hemos usarlo en nuestro hogar. Muy al contrario, al no tener la pasión del rojo o la sobriedad del negro, sirve indistintamente para combinar con ellos o con el resto de gamas del espectro visual.

Característica exclusiva
Únicamente el blanco le iguala en esa capacidad de armonizar con el conjunto. Sin embargo, el beige altera las impresiones de los otros colores con los que se mezcla, mientras que el gris, hará que éstas permanezcan intactas. Así, una pared roja continuará teniendo la misma fuerza sin que la intromisión del blanco rebaje su tensión y vigor.

Pese a esta cualidad exclusiva, el gris no se ha empleado en exceso en decoración, aunque esta tendencia se está invirtiendo. Además, todas las casas, sin darse cuenta, tienen una mayor presencia de este color de la que creen: aceros, aluminios, cuberterías, griferías o baterías de cocina le hacen casi omnipresente en nuestro hogar.

Infinitas posibilidades
Una decoración monocroma será, casi siempre, una opción acertada. Con la adhesión de blancos y negros a la paleta favoreceremos la sensación de continuidad, tanto en el tono como en la impresión de tranquilidad resultante. Con el gris haciendo de puente entre los dos extremos, un resultado satisfactorio está prácticamente garantizado.

Esta combinación tonal es muy recurrente en el minimalismo, corriente en la que la sencillez de líneas y formas se acentúa por la simplicidad de los tonos escogidos. Pero, igual que a estilos modernos, nuestro protagonista puede añadirse a estilos étnicos en sus tonos piedra, los cuales, indiscutiblemente, conferirán un toque natural al conjunto.

 

Como es lógico, no tendrá problema en ocupar cualquier estancia de la casa gracias a su versatilidad. En la cocina, además de en sus utensilios, se le verá con frecuencia en encimeras, campanas extractoras o en los propios muebles, imprimiendo un toque actual y, si el uso es lo suficientemente extenso, incluso futurista.

Ideal para la concentración
Especialmente recomendable es su utilización en las zonas de estudio o de lectura, pues evitará distracciones innecesarias favoreciendo la total concentración de sus ocupantes. Al no producir ningún tipo de cansancio a la vista, podremos pasar largas horas bajo su amparo sin acusar la fatiga.

Una elección clara para las paredes del salón será el remate perfecto para una decoración a base de blancos rotos, marfil o cáscara de huevo con detalles en madera que fortalezcan la viveza de la habitación. Si conseguimos añadir una buena cantidad de iluminación contaremos con un auténtico oasis de tranquilidad en nuestra propia casa.

Más usos
Los baños generalmente presentarán griferías cromadas. Aun en caso de que no lo hicieran, ligeros aportes de este color nunca vendrán mal a la hora de escapar de los repetitivos esquemas de blancos y azules que suelen acabar convirtiéndose en monótonos. Para ello contamos con los complementos de soporte y almacenamiento (toalleros, jaboneras, etc.), los mármoles y los azulejos.

Si nunca habías pensado en el poder decorativo que tiene el gris, ahora es el momento de que te pares a hacerlo. Puedes empezar con los elementos ya presentes en tu hogar, los electrodomésticos o la televisión, y verás como, poco a poco, comienzas a apreciar un color que, seguramente, ya usabas sin darte cuenta.

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